¡Hola lectores!
Hoy os traigo la reseña de un libro que, si bien fue muy distinto a
lo que esperaba, me gustó muchísimo.
Erica, la joven
heredera de un de las familias más ricas de Las Vegas, los
Silverman, fue secuestrada cuando tenía cinco años. Jamás se
volvió a saber de ella.
Ahora, unos doce
años después, Violet, la hija adoptiva de uno de los mayores
estafadores de la ciudad, tiene la misión de hacerse pasar por Erica
para ganarse la confianza de los Silverman y así poder robarles un
cuadro valorado en sesenta millones de dólares.
Fingir. Actuar.
Mentir. Violet tendrá que hacer todo lo necesario para que el mundo
crea que, tras todo este tiempo, Erica ha reaparecido de manera
milagrosa. Pero si alguno de sus actos o palabras levantan la más
mínima sosecha, pondrá en peligro no solo su misión, sino su vida.
Una
apasionante historia de sospechas y engaños que te mantendrá en
tensión hasta el final.
“-Y, tal y como prometí, he vuelto. He vuelto a casa- Le digo.
Erica no ha vuelto a casa. La Erica a la que la Sra. Silverman estruja contra su pecho no es la auténtica. La promesa de la verdadera Erica es una promesa inútil. Jamás se cumplirá. Es una promesa vacía. Pensaba que a Erica ya no le quedarían lágrimas, pero las sigue derramando. ¿Quién es la que llora? No es Violet. Violet está muy seria, observando desde lejos cómo Erica y su madre se abrazan en una cama con aroma a rosas y a tristeza.”
Cuando empecé a
leer el libro, me esperaba un thriller juvenil, centrado en el robo
del cuadro de los Silverman. Pero si bien esos elementos aparecen en
el libro, de lo que se trata es de la historia de Violet. La lucha
interna entre sus dos personalidades, la fingida: Erica; y la
estafadora: Violet. A veces parece que una eclipsa a la otra, y la
protagonista ya no sabe quién está tomando el control de sus actos.
Si es Erica quién quiere el cariño de su madre, o si Violet se está
dejando llevar.
A pesar de que no
fue lo que me esperaba, me terminó gustando muchísimo. Para
empezar, nunca había leído a una protagonista-antagonista; y mucho
menos a una con dos personalidades, como Violet-Erica. Eso fue lo que más me gustó de la novela.
El ritmo es súper
ligero, yo leí el libro en dos días
. El estilo de la autora es muy bonito y poético. Es increíble
cómo logra que un solo personaje se divida en dos de una manera tan
natural. Además, las descripciones son cortas y sencillas, pero llenas de sentimiento.
En cuanto a los
personajes, Violet fue una protagonista muy interesante. Adoptada de
pequeña por un estafador profesional, se convirtió en su pupila con
el propósito de robar el cuadro de los Silverman cuando creciera.
Durante años fue entrenada y sometida a diversas operaciones, todo
con tal de estar lista para su gran robo. Sabe perfectamente cómo
tiene que fingir, pero a medida que pasa el tiempo, la vida de Erica
se hace más suya. Ya no sabe quién controla sus emociones, si
Violet o su actuación.
La Sra. Silverman
fue un personaje muy sufrido. Cree que su hija ha regresado después
de años, pero no sabe que en realidad es todo una mentira. Me daba
mucha pena leer lo feliz que era con la falsa Erica, sabiendo que
luego del robo, se quedaría sola de nuevo.
Otro personaje
destacable es Taylor, una chica borde y con muy malas pulgas (Pero también muy honrada) que se
hace amiga de Erica, a pesar de que está segura de que es una
impostora. Un personaje muy transparente, que a pesar de su mal
carácter logré comprender.
Algunos
personajes destacables también son El Sr. Silverman, al que la
desaparición de su hija afectó hasta el punto de acabar en un
manicomio; El Sr. Wihte, un detective privado que sospecha de Violet;
Merril y Cass, dos amigas de Erica; James, un chico por el que tanto
Violet y Erica sentirán muchas cosas y Kerwin, un misterioso chico
que desconfía de Violet.
Como dije antes, el estilo de la autora es muy bonito, y algo que me
gustó mucho fue la cantidad de frases geniales que pueblan las
páginas del libro.
Hay algo de romance, que aunque es más bien secundario, disfruté mucho.
El final fue, por
así decirlo, agridulce. Tuvo sus partes bonitas y otras más
duras. La autora supo mantenernos en tensión hasta el último
momento. A mí me dejó impactada, y aún no puedo decidir si fue un
final que me encantó o no. Lo único que puedo decir es que era
definitivamente lo que esta historia necesitaba.
¿Habéis leído el libro? ¿Conocéis alguna otra protagonista-antagonista?
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